Por Elisa Ruano Vargas. Fotografía José Bringas.
Y puedo decirlo porque lo he ido descubriendo a través del conocimiento interior, volverme vulnerable ante quién soy, ante lo que siento y percibo de la realidad que me ha rodeado desde que era una niña. Agradezco cada experiencia vivida, incluso mi enfermedad: espondilitis anquilosante. Tanto dolor crónico -durante más de 20 años- me ha llevado a ser la mujer que soy hoy; he aprendido del dolor, me he aliado con él, ahora soy profesora de yoga terapéutico y, ese dolor físico y emocional es casi inexistente en mi vida. ¿Cómo? Amándome a mí misma, perdonando y perdonándome, basando mi vida en el amor infinito e incondicional hacia mí y los demás.
Yo no soy alguien especial. Tú también puedes adentrarte en el camino del autodescubrimiento; si lo transitas sin resistencias es una experiencia única.
Mi nombre es Elisa Ruano Vargas, he trabajado como comunicadora y redactora durante 24 años en diferentes medios en Canarias, como en la Televisión Autonómica de Canarias durante 10 años, en diferentes emisoras de radio durante 12 y en medios de prensa escrita. Tengo la titulación de Community Manager por la UNED y, actualmente, realizo trabajos relacionados con las redes sociales, al tiempo que soy profesora de Yoga Terapéutico y Mindfulness por Yoga Alliance y Terapias Cuerpo y Mente Canarias, y, en la actualidad, estudio Coaching Estratégico, puro y liderazgo en el Instituto Canario de Coaching, formación que terminaré en diciembre de 2020. En 2008, me diagnosticaron “Espondilitis anquilosante”, una enfermedad que genera muchos dolores y, en consecuencia, las emociones se ven afectadas. En mi caso, me ocasionó fobias y miedos que me impedían llevar una vida normal.
Por ese motivo, comencé a buscar ayuda en libros y terapias, y se despertó en mí un gran interés por los temas relacionados con el crecimiento personal, el bienestar, la salud física y emocional. Actualmente, dirijo y presento el programa ‘Conexión amare’ en Canarias Radio La Autonómica, especializado en contenidos que tienen como único fin ayudar a los demás a mejorar su vida. La práctica de yoga, la meditación, Mindfulness, trabajar la conciencia, modificaciones en mis hábitos alimenticios y mentales, han cambiado mi vida por completo… ¡Ahora soy otra persona totalmente distinta!
Si me dieran la oportunidad de escribir, ¿qué escribiría?
¡Sin duda, mi primer libro! Y es algo que ya he comenzado a hacer. Su contenido sería para ayudar al lector a sanarse a través de lo que yo considero la mejor medicina, porque para mí lo ha sido: el amor infinito e incondicional por uno mismo. Te preguntarás: ¿solo se necesita eso? Y mi respuesta es sí, porque al final la falta de amor por uno mismo, la culpa, el resentimiento, el no valgo y muchas emociones negativas más, tienen un impacto enorme en nuestra salud física.
No lo digo yo; ya me habría gustado hacer ese descubrimiento, pero son muchos los profesionales que lo corroboran a través de investigaciones y estudios a personas con dolor físico y emocional. Pero, sin duda, puedo decir que lo he comprobado por mí misma, porque desde el momento en que la culpa, la ira, la rabia, el apego y lo no aceptación de situaciones en mi vida desaparecieran, junto al cuidado físico y nutricional, el dolor también se esfumó.
Han sido muchos años de químicos, hospitales, depresión, ansiedad y dolor, mucho dolor… El punto de inflexión fue rendirme, aceptar que ya no podía más y entrar en lo más profundo del pozo. Esa rendición fue mi salvación, se fue la resistencia, la auto-exigencia y las corazas. Me empecé a aceptar con amor, compasión y poniéndome en primer lugar, no por egoísmo sino por amor propio. Todos merecemos ser libres, ser nosotros mismos, poder elegir si es necesario y, en muchas ocasiones no lo hacemos por miedo: miedo al qué dirán, miedo a la incertidumbre, miedo a dejar cosas atrás, miedo, miedo, miedo…
Libérate, suelta y confía en la vida, cuando abres tus ojos a cada experiencia, siendo consciente que llega a tu vida para ayudarte a ser tu mejor versión. Ya lo entenderás todo.
Vive, vive intensamente cada segundo de tu vida, vive en el presente, porque el pasado crea ansiedad y el futuro miedo. Desde el momento aquí y ahora, sueña y disfruta del camino y del proceso, por muy difícil que sea a veces, porque recuerda, es un aprendizaje, sácale provecho.
Sobre todo, deja ir, deja ir todo aquello que te pesa, que te causa dolor, que ya no te suma y sí te resta. Y deja entrar la no resistencia a lo que es, aceptando cada emoción negativa que pueda aparecer, reconócela y déjala ir… ¡Eso es libertad!
Ámate, tanto como amas a otras personas, porque cuando empiezas a hacerlo tu realidad cambia, todo cambia: ¡Compruébalo!
