“Si hay algo que nos da fortaleza es poder dedicarse a lo que se ama y es que ello influye notablemente en la felicidad personal”

Por Laura León Álvarez (Gran Canaria)

Recién cumplidos los 49 años, miro hacia atrás y siento que en mi vida hay un par de constantes, aparte de mi familia: la necesidad de observar y aprender de todo y de todos, así como la de seguir mi propio camino.

Mi formación

Soy el producto genético de una fantástica mezcla, de padre grancanario y madre sevillana. Fui una niña despierta y algo seria, que leía mucho, escribía más, hablaba sola y siempre andaba pintando. Desde que tengo consciencia, mi madre fue mi apoyo más sólido para estudiar y formarme, y la honradez de mi padre se convirtió en una guía muy importante para mi forma de andar por la vida. Además, he de reseñar que me siento muy orgullosa de haber estudiado en colegios públicos, en los que conté con magníficos maestros y profesores que contribuyeron a fomentar mi amor por el conocimiento. Aunque soy una amante de las ciencias en general, mi vocación hacia el mundo de las letras estaba cantada.

Con poca edad, ya había decidido que quería impartir justicia, así que estudié Derecho entre la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y la de Santiago. Durante varios años, me dediqué al ejercicio profesional de la abogacía, a la gestión de cooperativas, al asesoramiento jurídico e, incluso, trabajé un par de años en el mundo del seguro. Aunque de esta última etapa no me quedó buen sabor de boca, tengo que reconocer que siempre he sacado un aprendizaje personal y profesional allá donde he estado. En este devenir, he incorporado a mi persona valores como la perseverancia, la paciencia y la humildad, que no estaban entre mis virtudes de origen.

A pesar de que la crisis de 2008 me dejó bastante tocada, al mismo tiempo fue el detonante de una catarsis sin la cual no hubiera tomado una serie de decisiones que me han situado donde estoy. Aunque continué trabajando dentro del sector jurídico, mi mente ya se había posado en el que había sido mi sueño más íntimo: dedicarme a escribir y a mirar el mundo a través del visor de una cámara.

En 2014 comencé mi andadura profesional actual, dedicándome al copywriting y a la fotografía. Debo mencionar que siempre conté con el impulso y el apoyo de mi marido, porque, cambiar de sector con más de cuarenta años no es tarea sencilla. Y sigue sin serlo, pues continúo batallando por el reconocimiento de las actividades a las que me dedico.

Soy copywriter y fotógrafa

Muchas personas no comprenden esta dualidad de actividades, sin embargo, yo no las percibo como diferentes, pues sirven al mismo propósito. Me gusta verme como una contadora de historias y las cuento a través de mis textos y mis fotografías.

Por un lado, y como copywriter, escribo textos y artículos adaptados y dirigidos de manera específica para los sitios digitales u online. No obstante, también redacto y corrijo toda clase de documentos por encargo. Mi pasión por el saber en general, me facilita la tarea de escribir sobre una amplia variedad de temáticas, sean más o menos técnicas. Si se puede explicar por escrito, yo lo hago. Además, mientras más escribo para otros, más aprendo, lo que me otorga más recursos en esta profesión tan poco comprendida en nuestro país.

Por otro lado, soy fotógrafa, especialista en imágenes gastronómicas, aunque -en los últimos tiempos- he sentido la llamada del retrato y me he orientado a la fotografía corporativa, donde creo que aporto una visión honesta y personal de aquellos trabajadores que buscan una foto para un perfil profesional . Disfruto muchísimo haciendo entender a mis clientes que todos tenemos algo bello que enseñar. Con las mujeres, además, persigo una reafirmación de la autoestima física y el orgullo de género, dado que siempre hemos sido más presionadas por nuestra apariencia. Por ello, edito las fotos sin las correcciones destructivas del Photoshop y es que me obsesiona que las mujeres que fotografío no parezcan de plástico, sino reales y atractivas.

Dedicarse a lo que se desea

Si hay algo que nos da fortaleza es poder dedicarse a lo se ama y es que ello influye notablemente en la felicidad personal. La profesión no lo es todo, pero ayuda a llevar una vida en equilibrio.

Desde niña quise contribuir a que el mundo fuera mejor, de ahí mi empeño en el mundo del Derecho. A pesar de que hoy en día no me dedico a ninguna tarea conectada con lo jurídico o la Justicia, es una parte muy importante de mí misma. Sin esa formación tan cualificada, no tendría la capacidad de afrontar algunos trabajos de copywriting que realizo. Sin el conocimiento integral que he ido adquiriendo con los años, mucho esfuerzo y el estudio totalmente autodidacta y sin imposiciones regladas, no sería la copy que soy.

Cuando charlo con amigos o conocidos, suelen extrañarse de los giros que he dado en mi vida profesional. Para mí han sido parte de mi propio camino, decisiones que no he tomado al azar ni sin reflexionar, sino que han ido conduciéndome de manera natural a mis vocaciones, que no son más que anhelos íntimos vinculados a la capacidad real de afrontarlos. En resumen, me dedico a aquello que me gusta y que desempeño de forma eficaz.

Proyectos actuales

La pandemia de la COVID-19 ha ralentizado mucho todos los planes que tenía en marcha, aunque me ha abierto las puertas de otros. Actualmente tengo varios proyectos fotográficos iniciados y que espero culminar antes de 2023. Uno de ellos es #2021en52autorretratos y se desarrolla en Instagram. Consiste en autorretratarme cada semana realizando todas esas tareas sencillas y rutinarias de mi día a día. He involucrado a varias personas que también están haciéndose sus cincuenta y dos autorretratos y, cuando termine el año 2021, me gustaría que todos pudiéramos exponer esos retazos de nuestras vidas. Creo que es un proyecto precioso y espero que en Gran Canaria haya alguna institución pública o privada que tenga interés y se preste a servir de marco de exposición para la vida de personas normales que amamos la fotografía.