Por Soraya Torres Suárez
Este miércoles se celebra, como cada 25 de noviembre, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que conmemora el asesinato de las hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa), que fueron tres activistas políticas que perdieron la vida violentamente en la República Dominicana, a manos de la policía secreta del dictador Rafael Trujillo.
Desgraciadamente, la violencia contra la mujer es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas y que, sin embargo, no se visibiliza lo suficiente, debido a la impunidad de la que gozan los maltratadores, respaldada por el silencio, la estigmatización y la vergüenza mal entendida que padecen las víctimas.
En este sentido, tuve la suerte de desarrollar mi labor como trabajadora social durante dos ediciones del proyecto de ‘Atención a las Mujeres Víctimas de Violencia de Género’ en el Ayuntamiento de Santa María de Guía, donde aprendí muchísimo.
En este, me encargaba de la acogida a las mujeres, donde descubrí que cuando llegan a este servicio ya han aguantado y soportado muchísimo. Y es ahí, precisamente, donde se debe hacer más hincapié, pues debería ser completamente visible para toda la población y que cualquier recurso sepa que es un lugar donde se acoge a la mujer para que se sienta acompañada, apoyada, informada…
Desgraciadamente, hay mujeres que acuden a este servicio cuando ya llegan al extremo y, en ese momento, están tan debilitadas a nivel emocional que les cuesta salir de esta situación, poner límites y tomar decisiones, a pesar de convivir con violencia psicológica y/o física casi constante.
Es muy importante que cuenten con una mano que les ayude, con el apoyo del entorno (familiares, amigos, recursos, profesionales…) y una red donde se sientan arropadas para dar ese paso tan importante que es decidir vivir de otra manera más sana y saludable para ellas. Son decisiones vitales, sobre todo cuando hay hijos por medio y su situación socioeconómica no las respalda.
Por otro lado, creo que algo muy positivo que ofrece este recurso es la formación, ya sea en los centros educativos, en los recursos de la zona, en los clubes deportivos, en el Ayuntamiento en sí… En definitiva, hay un montón de lugares en los que puedes hacer concienciación de esta realidad y eso que se oye de “¡Basta ya! ¡Di no! ¡Denuncia!”.
Asimismo, disponemos de una serie de recursos que nos ayudan a demostrarle a las víctimas que lo son, porque a veces no logran identificarse como tales al normalizar la violencia.
En primer lugar, la infografía de los “ciclos de la violencia”, donde la pareja se conoce y hay una aparente calma, pero el hombre va acumulando tensión y se produce una expresión violenta. En la imagen se ve que le pega, pero también puede ser maltrato psicológico.
Otra herramienta es el ‘termómetro de la violencia’, que también es muy efectiva para saber identificar el maltrato, ya que muchas veces no caen en la cuenta de que están atravesando situaciones inadecuadas. Después viene la parte de la culpa, el arrepentimiento y las promesas de él, en la que ella, que está muy herida, quiere creerlo, con la idea de volver a la luna de miel del principio de la relación. La realidad, en cambio, es que no solo se repite el ciclo, sino que cada vez se va haciendo más pequeño, pasando de la explosión, a la culpa y el arrepentimiento, lo que va minando a la mujer de tal manera, que le daña muchísimo la autoestima. En este momento, la psicóloga realiza una gran labor de acompañamiento para que la víctima se vaya preparando para el momento de salir de casa, para el que se le recomienda que tenga un kit de emergencia por si tiene que hacerlo corriendo. Hay un servicio que ellas pueden solicitar en el 112, que les permite desaparecer por un tiempo si su vida corre peligro.
En cualquier caso, lo más arriesgado es que, a veces, la mujer minimiza los efectos y vuelve a caer, porque hay una pérdida de poder absoluto por parte de ella, ya que lo ha adquirido él, a través de la agresividad.
Por ello, siempre digo que falta trabajar en pro de la prevención y que todos los recursos de igualdad cuenten con un equipo multidisciplinar, compuesto por un/a abogado/a, un/a psicólogo/a, un/a trabajador/a social, un/a orientador/a laboral y un/a educador/a, ya que no pasa así en todos los equipos de la red canaria de Violencia de Género.
Por último, les copio los enlaces a la red de recursos que existen en esta materia:
https://www.gobiernodecanarias.org/icigualdad/temas/violencia_genero/
