Ya lo decía desde el número anterior, cuando de alguna forma nos planteábamos un nuevo comienzo, porque las decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida nos llevan al lugar donde estamos ahora. Esta revista es posible porque cada una de ustedes ha decidido mantenerla viva, con sus historias, con cada palabra escrita, pensada y meditada. Relatos cargados de emoción, escritos por mujeres que miran la vida desde diferentes perspectivas y que cada día se enfrentan a un nuevo comienzo.
Y eso, en definitiva, es la vida: comenzar, reescribir, aprender y desaprender. Conocer a nuevas personas y quedarnos con lo mejor es la clave. Por eso aquí me paro y hago un alto en el camino, pienso y te encuentro a ti… Sí, a ti, Hilda Siverio. A quienes aún no te conozcan, que creo que son muy pocas personas, decirles que es una mujer tan especial como auténtica, que ha sido y es referente de muchas mujeres que hoy luchan contra la dura batalla de ganarle al cáncer. Que con su página de Facebook: «Sácale una sonrisa al cáncer», nos ha enseñado que nada ni nadie puede robarnos el derecho de vivir sonriendo.
Gracias por estar presente en nuestras vidas, por enseñarnos a ser fuertes y valientes, a reírnos, a bailar contigo, a llorar, a cantar, a valorar lo verdaderamente importante. Porque tu decisión de sonreír hasta el día de hoy nos ha dado la mejor de las lecciones.
Tu sonrisa siempre será cómplice de nuestras decisiones.
