DE VÍCTIMAS A SUPERVIVIENTES

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El ‘Movimiento Más Nosotras’ vuelve a estar un año más apoyando una causa que bien lo merece: la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Y es que, sin duda, el 25N nos recuerda la urgencia de continuar luchando contra una lacra que sigue arrebatando vidas y sueños a millones de mujeres en todo el mundo. 

Es una obviedad que la violencia de género existe desde siempre, pero es devastador comprobar cómo, en pleno siglo XXI, persiste en todos los países del mundo. No obstante, está demostrado que no solo afecta a la mujer, sino también a sus familiares y a la sociedad en general. Sin embargo, jamás ha sido tan cruel como en los últimos años, en los que las mujeres han tomado verdadera conciencia de su libertad. 

La violencia de género se perpetúa en un sistema social patriarcal y, según las estadísticas, el 70% de los que la sufren en la infancia, la reproducen en edad adulta por haber normalizado este patrón de conducta de sus referentes. 

En esta ocasión, volvemos a tratar este complicado tema desde diferentes puntos de vista. Por un lado, desde el relato desgarrador de las víctimas. Y, por el otro, a través de la experiencia de los profesionales que se dedican a combatirla, desde la Psicología, el Derecho o la Asistencia Social. 

Con la lectura de estos testimonios en primera persona, volverán a notar la fuerza de las féminas que han superado este trance, porque, aunque supone un arduo camino, muchas han encontrado esa luz que necesitaban para salir del horror. 

Asimismo, seguiremos formándonos en Igualdad, lo que nos ayudará a la hora de transmitir las herramientas necesarias a nuestros hijos e hijas. Y es que es fundamental que ambos reciban estas nociones, porque la educación es clave en la prevención de esta problemática. Saber distinguir entre el bien y el mal e identificar las señales de alarma, se antoja vital para poder dar de una vez por todas ese golpe sobre la mesa que esta sociedad pide a gritos. 

Por último, se ha vuelto a poner el foco en la denuncia, es decir, en el paso que deben dar las víctimas para activar el protocolo contra este tipo de violencia. Ellas son el mejor ejemplo para las que aún no se atreven a hacerlo por diferentes motivos. Sin embargo, es fundamental para que se transformen de víctimas a supervivientes y sean capaces de romper la cadena generacional de violencia actuando como agentes de cambio social hacia la igualdad. 

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