Fotografía Hugo Cebrián.
Por Alicia Rodríguez Reyes. Tenerife, el Toscal.
Me resulta muy difícil escribir sobre mí misma, ya que suelo hacerlo sobre los demás y porque tampoco sé hasta qué punto mi vida pueda ser interesante. Pero, en fin, intentaré no aburrirles demasiado.
Me considero Actriz, locutora y periodista, por ese orden. Mi nombre completo es Alicia Rodríguez Reyes. Esto es muy importante porque, por lo general, se dice sólo el primer apellido y se obvia el apellido materno. Por eso, me inventé, como apellido artístico, Rodrey, que incluye ambos apellidos.
Nací en septiembre del ‘66, hace 54 años, en el chicharrero Barrio del Toscal (del que dice Marichal que son las chicas guapas y a la vista está, jajaja). Aunque, actualmente, vivo en La Laguna, que tampoco está nada mal. Soy la mayor de cuatro hermanos y somos “una piña”. Nuestros padres lo hicieron genial porque somos como los cuatro mosqueteros, “¡uno para todos y todos para uno!”.
Me cuentan que, desde niña, siempre fui muy artista y que me quedaba pegada al televisor cuando ponían las pausas de publicidad. De hecho, una tía mía dice que me sabía de memoria el off de un anuncio de CocaCola que ponían en aquella época cuando yo ni siquiera sabía leer. Así que supongo que, desde entonces, ya se veía que sería locutora publicitaria.
Tengo que confesar que, en el colegio, no fui una estudiante demasiado brillante, no me gustaba estudiar. ¡Quién lo diría, cuando ahora tengo que estudiar libretos cada dos por tres!… Pero me estoy adelantando.
Estudié Magisterio porque pensé que dar clases, en cierta forma, era ser actriz
Cuando llegó el momento de ir a la Universidad, mi padre me preguntó qué quería estudiar y yo le contesté “arte dramático”, porque ya había hecho mis primeros pinitos en el teatro, de forma amateur con amigos y compañeras de clase. Recuerdo un leve mohín de desaprobación (me lo imagino pensando: “¡¿actriz?!, pero ¿qué hemos hecho mal?”, jajaja) y cómo me dijo, serenamente, si no había pensado estudiar otra cosa aparte por, si alguna vez no me iba bien como actriz, tener otra profesión. Mi padre siempre fue un visionario. Así que se me ocurrió Magisterio que, en aquel entonces, era muy corta (tres años) y pensé que dar clases, en cierta forma, era ser actriz. Pues no pude darle mayor alegría a mi padre, cuyo padre (mi abuelo) venia de la docencia y él también había dado clases de álgebra en la Escuela de Aparejadores de la Universidad de La Laguna, por ejemplo.
Grabar publicidad, para mí, es como interpretar pequeñas obras de teatro con la voz
Lo cierto es que, una vez terminé la carrera, ejercí sólo unos meses como maestra, en el colegio en el que estudié de niña, en La Pureza de Santa Cruz. Luego estudié Periodismo porque varias personas me habían dicho que tenía una voz bonita para hacer radio. Aunque, para poder entrar en el “curso puente” de la Carrera, tuve que hacer unos meses de prácticas en la desaparecida Antena 3 Radio, en el año en que se estrenó la delegación de Televisión en Tenerife, el año 92, año olímpico y de la Expo de Sevilla. Fue ahí donde empecé a grabar publicidad que, para mí, era como interpretar pequeñas obras de teatro con la voz.
Tengo ¡un premio nacional, nada menos!
Me faltaban un par de asignaturas para terminar la carrera cuando, en el año ‘97, me ofrecieron mi primer trabajo en televisión, en “Televisión Tenerife” (TVT). Fue un canal local que duró sólo unos meses pero en el que aprendimos muchos profesionales que, hoy en día, están repartidos por varios medios de comunicación de toda España. Además, presentaba un magacín matinal diario de tres horas en directo por el que Bosco González de Chávez (que es una de las voces de continuidad de Radiotelevisión Canaria, entre otras muchas cosas) y una servidora, recibimos la “Estrella de Local Media” a la mejor presentación en equipo. ¡Un premio nacional, nada menos!, otorgado por una asociación de televisiones locales de aquella época. TVT se cerró y yo aterricé en Radio Club Tenerife (Cadena Ser), haciendo “El primero de la mañana”, un informativo que hacía Iñaki Gabilondo a primerísima hora de la mañana a nivel nacional y, en las desconexiones locales, estábamos mi compañero Pablo Rodríguez y yo.
Me presenté al cásting de Televisión Canaria y, aunque llegué hasta la última prueba, no me seleccionaron
Y, de repente, en el año ‘99, aparece la Televisión Canaria, me presento al numeroso cásting que se hizo y, aunque llegué hasta la última prueba, no me seleccionaron. Sin embargo, en los carnavales de 2001, pude trabajar en ella en un programa que se llamaba “Reinas del Carnaval” y, ese verano, en “Me gusta el verano”. No había terminado el verano cuando me llamaron para ofrecerme “El Caldero”, un programa de cocina que presenté entre septiembre de 2001 y julio de 2002 y que hacía una productora externa a la tele. A partir de ahí, fue un ir y venir. De nuevo, en televisiones locales donde retomé el magacín que había hecho años atrás, cambiándole el nombre y transformándolo en uno de tarde. Luego agencias de noticias, emisoras de radio hasta que, en 2006, me ofrecen asociarme para crear una productora que, aún hoy, realiza el único programa de salud de Televisión Canaria (tras haber pasado por varias televisiones locales), “DONACCION”. Todo eso, combinándolo con las locuciones publicitarias gracias a las cuales, tengo el orgullo de ser la voz del Tranvía de Tenerife, desde el 2007, año de su inauguración.
Siendo la directora, productora, redactora, guionista y locutora de “DONACCION” entre 2006 y 2013, recibimos tres premios, uno de ellos, internacional. Y todo esto, compaginándolo con teatro, zarzuela, presentaciones de galas y todo lo que podía para quitarme el gusanillo de las tablas, aunque hice un parón de casi un año, en 2008, por una circunstancia personal.
Finalmente, dejo “DONACCION” en 2013 para centrarme más en el teatro, que había retomado en 2009 y lo cierto es que, durante un tiempo, fue el sector en el que me surgió más trabajo. Sobre todo, a raíz de que, en 2014, Burka Teatro me ofreció un papel en su montaje “La gata sobre el tejado de zinc”.
Han sido años en los que he aprendido muchísimo y en los que, a pesar de la inestabilidad laboral que he padecido, no puedo quejarme porque siempre he estado ocupada. He podido meterme en la piel de personajes muy variados, hasta con diferentes acentos y personalidades, probándome como actriz. Y el pasado año, en plena desescalada, me surgió un trabajo de tres meses, en Las Palmas, dirigiendo un programa para la Televisión Canaria, al que sigo vinculada como locutora y supervisando contenidos pero, ahora, desde Tenerife.
¿Planes de futuro? Prefiero ir viviendo y resolviendo según surgen las cosas
¿Planes de futuro? Se supone que, a finales de noviembre del año pasado, tenía que haber trabajado con Burka Teatro en las Rutas Teatralizadas de Patrimonio de La Laguna y aún estamos esperando que la situación se normalice un poco para poder realizarlas. Me refiero a que yo dejé de hacer planes a largo plazo en junio de 2008. Prefiero ir viviendo y resolviendo según surgen las cosas. ¿Quién nos habría dicho, hace un año, que nos íbamos a meter en nuestras casas para mantenernos a salvo? La vida es así de imprevisible y yo me quedo con las experiencias vividas, la cantidad de gente que he conocido a lo largo de estos años y, sobre todo, con todo lo que he aprendido. De hecho, gracias al confinamiento, hasta me decidí a hacerme un cambio de imagen. Insisto, no puedo quejarme. Creo que, después de todo, mi vida no ha estado tan mal… ¡Y lo que me queda!, (espero).