SIGUE TUS SUEÑOS, ELLOS SABEN EL CAMINO.

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Por Rosa María Nuez Bolaños.

Mi nombre es Rosa, tengo 41 años y soy natural de Agaete, donde resido actualmente. Hace un año, para esta misma fecha, tuve la maravillosa oportunidad de poder contar mi historia de vida y de cómo llegué a ser quien soy y a lo que me dedico. Lo que no me imaginaba es que en esa historia había un “continuará…”, siempre hay un “continuará”. En mi relato contaba que pude cumplir mi sueño de poder dedicarme a lo que realmente me hace feliz: el diseño y la creación de complementos en arcilla polimérica. No fue fácil luchar con las presiones externas y las presiones internas (autoimpuestas) pero, decidí ser fiel a mi misma y a lo que yo quería y sentía y me lancé.

Creé mi firma de complementos “RÖSAË”. Durante un poquito más de año y medio me he dedicado a diseñar y crear pendientes únicos, originales y exclusivos que expongo en ferias y mercados de artesanía de los diferentes municipios de la isla y en eventos de moda. La mayoría de mis creaciones son pendientes, porque es lo que me nace de dentro crear y es con lo que me identifico, aunque he ido introduciendo otro tipo de accesorios como anillos, gargantillas y brazaletes. Incluso, me he atrevido a utilizar la máquina de coser, que le tenía pánico, y he hecho más complementos como bolsos y turbantes que también están a la venta. ¡Qué bien sienta dejar salir la creatividad! ¡Quién sabe si en algún momento crearé piezas de ropa!…

En este periodo de tiempo de dedicación exclusiva a la creación se fue cultivando en mi interior un sueño que creía imposible y que, sin querer, ha traído recuerdos a mi mente que tenía tan escondidos que había olvidado que un día fueron una realidad. Vinieron a mi memoria escenas de cuando era pequeña y dibujaba y dibujaba y dibujaba, como una obsesión, vestidos de princesas para luego recortarlos y ponérselos a las muñecas. Y cuando me preguntaban qué quería ser de mayor, yo respondía: “Quiero ser diseñadora y tener mi propia boutique”. Esa idea con el tiempo se desvaneció y no la recordaba hasta ahora.

Esa idea volvía a rondar por mi cabeza, pero enseguida la desechaba porque pensaba que era una utopía, y así día tras día. Me podía más el miedo que las ganas y la ilusión. Lo de ir a eventos y ferias estaba y está bien, pero yo quería más, mi alma pedía más. Los días que me daba más libertad y me dejaba llevar me imaginaba cómo la decoraría, qué colores pondría en las paredes, qué estilo le daría… pero el miedo estaba ahí para decirme “¡Olvídate!” Lo comentaba con otras personas y me animaban a dar el paso, pero no me atrevía. Le daba vueltas y vueltas, valoraba pros y contras, pero volvía a la casilla de salida. En fin, dicen que el miedo es libre y el mío tenía demasiada libertad. Un día, supongo que había llegado el momento, me planté y me dije: ¿Miedo a qué? ¿A fracasar? ¿Al qué dirán? ¿A qué, exactamente?

Analicé cada una de mis respuestas y las rebatí con argumentos lógicos y llegué a la conclusión de que los sueños, aunque sea con miedo, hay que lucharlos para lograrlos. Una vez en paz con mis miedos, por fin, di los pasos que tenía que dar para poder hacer lo que llevaba tiempo queriendo hacer. Ahora… ¡Es una realidad! Ya tengo mi propia boutique-aterlier. La inauguración fue el 28 de febrero de 2025 y no puedo estar más feliz. 

Todo esto ha sido un aprendizaje y una evolución personal y profesional para mí, y saber que soy capaz y que puedo, con miedo incluido, pero lo puedo hacer.

Hace un tiempo leí una frase de Kobi Yamada, que quiero compartir y que a mí me vino al pelo: “SIGUE TUS SUEÑOS, ELLOS SABEN EL CAMINO”. Cierto. 

No puedo dejar de agradecer a mi marido, Jesús, el apoyo incondicional que me da siempre porque sin él esto no hubiera sido posible o hubiese tardado muchísimo más. A mi madre, Esperanza, y a mi hermano, Fran, que siempre están. Y a mis suegros, María y Paco, que me apoyan en todo.

Solo puedo decir: ¡GRACIAS!

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