«Un equipo forjado en valores»

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Por Cira Hernández Moreno. (Gran Canaria)

Mi nombre es Cira Hernández Moreno, tengo 24 años y soy la pequeña de tres hermanos. Con 10 años empecé a jugar al baloncesto con mis amigos/as en el equipo del colegio y me enamoré de este deporte. No voy a mentir, no fue por las victorias, ese año únicamente ganamos un partido en toda la temporada, pero qué bonito fue formar parte de ese equipo que se fue formando y forjando en valores. 

Al terminar la temporada ya no podía dejar el baloncesto así que seguí mi camino en otro equipo federado en el que estuve varios años. Sin embargo, la vida y los estudios hicieron que tuviese que desconectarme del deporte durante varios años.

Comencé mis estudios universitarios en ingeniería Aeroespacial pero a los tres años comprendí que la vida es muy corta como para dedicarnos a algo que no nos apasiona y acepté que mi camino se dirigía hacia la Educación. Así que agradecí lo aprendido, hice la maleta y volví a la isla para comenzar el grado de Educación Primaria. Actualmente estoy terminando el segundo curso y no podría estar más feliz de la decisión tomada. 

Mi retorno al baloncesto está muy unido a esta decisión. Cuando volví a Gran Canaria, Tomás Real, mi amigo y también entrenador del 7 Palmas, me habló del equipo y un proyecto inclusivo que estaba empezando. No se me ocurrió mejor manera de reconectar con el que había sido mi deporte. Los meses pasaron y las cabezas de las escuelas inclusivas, Ivón y Mingo, hicieron que el 7 Palmas se convirtiera en mi familia, una familia llena de huellas diferentes que se complementan para llevar al lobo a la cima.

Por este motivo, cuando Jordi López nos comunicó que seguíamos creciendo y el club iba a abordar la sección femenina, no dudé en formar parte. Mi amiga, casi hermana y también entrenadora del club, Marta Cabrera, me miró y ambas supimos que no podíamos desaprovechar la oportunidad de volver a jugar juntas. 

Ha sido un año complicado, las cosas están cambiando y debemos adaptarnos continuamente a nuevas normativas. Sin embargo, el baloncesto sigue, nos mantiene en tierra y nos saca las mayores sonrisas en tiempos de COVID. Quien ha jugado lo sabe, la sensación de salir a la cancha es única y los valores de este deporte nos llenan el alma. Compañerismo, disciplina, compromiso, respeto, esfuerzo, constancia, sacrificio, superación personal, amistad, familia…Eso es el baloncesto en el Club Baloncesto 7 Palmas para mí, sentir que juego siempre en casa. 

Precisamente por eso, cuando Eu Etopa me ofreció llevar el Preinfantil Femenino junto a Paula Benítez, no pude negarme. Juntas intentamos transmitir estos valores a nuestras jugadoras mientras trabajamos para su progresión técnica y táctica. 

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