“SENTÍ, AL VER MI PRIMER PARTO, QUE YO TENÍA QUE SER MATRONA”

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1997

Por Nélida Quintana Álamo (Arucas)

Mi nombre es Nélida, tengo 40 años y he tenido la suerte de ser la matrona del Centro de Salud de Arucas desde hace siete años.

Desde que era bien pequeña siempre quise ser médico. De hecho, mi madre me lo recuerda con cariño frecuentemente, afirmando que sabía que terminaría siendo sanitaria. 

Sin embargo, no pude acceder a la carrera de Medicina y estudié Enfermería. Para mi sorpresa, estudiando Enfermería me fui dando cuenta de que era lo que yo realmente deseaba ser. Cuidar y curar a otras personas me autorrealizaba. Así, mientras realizaba las prácticas de enfermería maternal rotando por paritorio, sentí, al ver mi primer parto, que yo tenía que ser matrona. Esa emoción y energía que se vive en el momento mágico de una familia que va a conocer a su hijo no se puede describir, hay que vivirlo y es un regalo en mi profesión.

Trabajé como enfermera durante siete años en distintas unidades en el CHUIMI, en mutuas de trabajo, en centros privados, en la Gerencia de Atención Primaria y como enfermera docente, impartiendo cursos de auxiliar en hospitalización y auxiliar en geriatría para desempleados. También estuve trabajando como enfermera de quirófano en Blois (Francia) hace ya 16 años, donde pude aprender el idioma y conocer gente estupenda. 

Me planteé estudiar matrona en Francia; allí se las llama “sage-femme” (mujer sabia), pero implicaba estudiar 4 años y sabía que regresaría pronto a mi tierra. En España, para poder ser matrona, primero tienes que estudiar el grado de Enfermería y, posteriormente, realizar un examen EIR (parecido al MIR de los médicos, pero, en este caso, para enfermería); una vez aprobado, la formación consta de 2 años, donde te especializas en ginecología y obstetricia. 

En el año 2009 aprobé el EIR y fue un año especial; por vez primera iba a formarme como matrona, al mismo tiempo que experimentaba la maternidad. Así nació mi primera hija, mi primer tesoro, aquella personita que cambia la forma de ver la vida que tenías hasta entonces. Gracias a ella, descubrí el maravilloso mundo de la lactancia materna, esa forma de continuar unida a tu bebé, aportándole lo mejor de ti.

Tras terminar mi residencia, trabajé durante un año en partitorio. Posteriormente, comencé a trabajar como matrona en Atención Primaria: un año y medio en el Centro de Salud de El Doctoral y siete años en el Centro de Salud de Arucas. 

En Arucas me siento realizada, tanto por las familias que acompaño como por los compañeros de trabajo. Tenemos varios proyectos, entre los que podría destacar los cambios que hemos realizado para poder acceder a la acreditación Centro de Salud IHAN. La IHAN es una iniciativa lanzada por la OMS y UNICEF para animar a los hospitales, servicios de salud y salas de maternidad a adoptar prácticas que protejan, promuevan y apoyen la lactancia materna desde el nacimiento. Este distintivo de calidad tiene como misión implantar prácticas de excelencia en la atención a todo el proceso del nacimiento y la lactancia. Para poder acceder al galardón, se establecen 4 fases (4D) y, actualmente, estamos en la fase 1D. Nuestra intención es continuar avanzando, aunque también es cierto que, con todo lo acontecido por la pandemia por el Covid19, hemos tenido que posponer los trámites. No obstante, el proceso de cambio de las prácticas que se van realizando tiene tanta o mayor importancia que la acreditación en sí. Entre algunos cambios realizados en el Centro de Salud de Arucas podría citar la creación de un comité de lactancia multidisciplicar (formado por pediatras, enfermeras de pediatría, médicos de familia, trabajadora social, matrona y dirección del centro), disponer de una sala de lactancia, la creación de un grupo de apoyo a la lactancia materna semanal, etc.

Fue trabajando como matrona en Arucas cuando me quedé nuevamente embarazada de mi segundo hijo, un niño con el que pude vivir nuevamente todo el proceso del embarazo y la lactancia. Ningún embarazo es igual a otro, incluso en una misma mujer. Lo mismo podría decir del tipo de parto. Lo importante es tener en cuenta que cada embarazo es único e irrepetible, una experiencia que no olvidarás jamás.

Pero la matrona no solamente lleva el embarazo y la lactancia, sino que te cuida desde la menarquia, es decir, la primera menstruación, hasta su cese con la menopausia. En consulta, atendemos a la mujer para planificación familiar, anticoncepción, realizamos citologías, explicamos cómo hacer autoexploración mamaria y acompañamos en la menopausia. 

Este año pude acudir, junto a la trabajadora social, a institutos de Arucas para hablar sobre la importancia de los métodos anticonceptivos, no solamente para evitar embarazos no deseados, sino también para evitar enfermedades de transmisión sexual. 

No me gustaría acabar sin compartir con ustedes el primer regalo que he recibido estas Navidades. Y es que, este mes, he recibido la noticia de que estoy certificada como Consultora Internacional en Lactancia Materna (IBCLC), para así poder mejorar mi atención a las madres lactantes y acompañar en el proceso de crianza de las madres.

Y, aunque actualmente estoy en una comisión del servicio, mi objetivo es regresar pronto a mi puesto de trabajo para así poder seguir acompañando a las familias y seguir aprendiendo cada día.

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