“SE PUEDE CONCILIAR, PERO ES AGOTADOR”

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Por Sadi Suárez (Gáldar)

La mayoría de las personas me conocen por el nombre de Sadi. Soy la presidenta de la Asociación de Madres y Padres del Alumnado de un CEIP en Gáldar, y como tal, mi labor es la coordinación entre sus miembros, así como actuar de intermediaria entre las familias y el colegio en todos aquellos asuntos que las madres y padres requieran. Además, aportamos ideas que puedan mejorar el funcionamiento del centro y ayudar así a que nuestros hijos e hijas tengan un excelente paso por dicha etapa.

El pertenecer a esta asociación ha aportado a mi vida nuevas responsabilidades. He conocido a personas implicadas con la asociación, pero también lo contrario, puesto que es muy difícil, al menos en nuestro CEIP, organizar una reunión con las familias y que asistan más de dos o tres madres; a veces, incluso, nos hemos visto solas. En cualquier caso, esto no me ha hecho desistir; ya llevo 4 cursos en el mismo puesto y he vivido cambios en el resto de cargos de la junta directiva de la asociación y también en el equipo directivo del colegio, pero siempre han sido personas implicadas y muy buenas profesionales en este último caso.  

Además de esto, ejerzo como profesora de Matemáticas en Secundaria en un centro de Telde, en el que cada día es un reto. Ahora, por la pandemia que estamos viviendo por el COVID-19, todas las reuniones que se realizan por las tardes han pasado a ser online, facilitándome con ello la conciliación, porque en otros cursos he tenido que buscar a alguien que recogiera a mi hijo, lo llevara a sus actividades o bien que se quedara con él, y no ir a las actividades si ni el padre y yo podíamos. 

Y volviendo al tema de la AMPA, el poder ayudar siempre aporta satisfacción y también momentos divertidos como, por ejemplo, cuando te dicen algunos miembros de la comunidad educativa que seguro que ganas mucho dinero con esta labor y les tienes que explicar que no se cobra, que es al revés, que todas las miembros de la asociación aportamos tiempo que no dedicamos a otras cosas (familia, aficiones, estudios,…), gasolina que pagamos de nuestro bolsillo, folios, tinta y electricidad, cuando imprimimos en casa solicitudes y demás que necesitamos entregar a algún padre, madre, Cabildo, etc.

Por último, quiero lanzar un sueño: que algún día por fin podamos vivir en igualdad de derechos y deberes, que el conciliar sea más fácil y que todas y todos seamos responsables y asertivos. 

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