Miriam Rodríguez: “Nos falta creérnoslo, apostar por lo nuestro y ponerlo en valor”

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La familia Rodríguez se encarga de gestionar con maestría el turismo rural que ofrece Artenara, un municipio con grandes posibilidades y Patrimonio de la Humanidad desde 2019. 

Hablamos con la gerente de este negocio familiar, que es, además, una de las fundadoras de EDARTE (Asociación Empresarial para el Desarrollo Rural, Turístico, Cultural y Económico de Artenara). 

Miriam, cuéntanos toda la actividad que aglutina Artenatur…

Pues nos encargamos básicamente de proporcionar alojamientos únicos a aquellos amantes de la naturaleza o cualquier persona que busca desconectar de la rutina y descansar. Actualmente gestionamos seis Casas Cueva (entre casas rurales y viviendas vacacionales) en Artenara.

Eres licenciada en Administración y Dirección de Empresas por la ULPGC. ¿Escogiste la carrera ya orientada a llevar la empresa familiar o tenías otros planes? 

Sí, cuando terminé bachillerato y me tocaba decidir qué camino escoger, ya mi padre había rehabilitado la Casa Cueva El Caidero y estaba dedicándola al turismo rural. Me llamaba mucho el mundillo y veía que tenía potencial, así que quise formarme para dedicarme profesionalmente a ello y seguir con el negocio familiar. De hecho, escogí la especialidad de empresas turísticas.

Tu padre se ha erigido como un auténtico visionario al creer en este negocio… ¿Qué valor le das a su apuesta? 

La verdad es que creo que era un visionario. La primera casa de la empresa fue la de mis bisabuelos que, después del tiempo de reforma, comenzó a dedicarse al turismo rural en 1996. Fue de las primeras casas rurales de la isla y, en ese entonces, pensar en un tipo de turismo que no fuera el de sol y playa era casi una utopía. Sin embargo, ese año obtuvo el Primer Premio de Turismo Rural otorgado por el Patronato de Turismo de Gran Canaria y fue el camino de esta andadura que ya lleva más de 20 años. Él siempre tuvo claro que el turismo rural podía ser una buena oportunidad para la “España vaciada” que ahora está tan de moda y se dedicó de lleno a ello.

Artenatur pone en valor las bondades de Artenara… ¿Qué crees que le falta al municipio para hacer aún más atractiva la oferta? 

Realmente creo que lo tenemos casi todo: costa, flora, fauna, paisajes, tradición, cultura… ¡Y ahora también Patrimonio de la Humanidad! Somos Reserva de la Biosfera y tenemos otras numerosas figuras que avalan nuestra singularidad. Pero es cierto que nos falta creérnoslo, apostar por lo nuestro y ponerlo en valor, sólo así sabremos mimarlo como merece y mostrarlo a los visitantes. Creo que debemos trabajar “todos a una” y tener una apuesta clara por un turismo sostenible y ser respetuosos con nuestro entorno si queremos vivir de él.

¿Cuál es el perfil del cliente de una de las casas-cueva de Artenatur? 

Hoy por hoy son parejas o grupos de amigos en su mayoría de Gran Canaria, de la capital o alrededores, que buscan descansar en un entorno seguro y compartir tiempo con los suyos. En época pre-Covid, en los meses de invierno también venían extranjeros, en su mayoría alemanes, franceses o nórdicos que buscaban recorrer nuestros senderos, disfrutar del paisaje, probar nuestra comida y conocer las tradiciones canarias. ¡Esperamos que vuelvan pronto!

¿Crees que el extranjero valora más lo nuestro? 

No sabría decir si la palabra es más o mejor. En general los extranjeros están dispuestos a pagar más por un producto local porque lo valoran, saben su singularidad y lo que cuesta hacerlo, y creo que eso tenemos que aprenderlo. Ser conscientes de que apostando por lo nuestro contribuimos al desarrollo de nuestra tierra, de las personas que la habitan y que mantienen nuestro territorio con esfuerzo y sacrificio, y que en estos últimos meses nos hemos dado cuenta de que son imprescindibles, primero por los incendios y luego por la pandemia. Confío en que saquemos aprendizaje de todo ello y que confiemos en lo nuestro.

Cuentan con un libro de firmas… ¿Alguna anécdota que compartir? 

Esos libros esconden mil historias: parejas que celebran aniversarios, familias que vuelven año tras año y buscan lo que han escrito en ocasiones anteriores, poetas que encuentran inspiración en la cueva, pintores que plasman preciosos rincones de las casas o niños que se van tristes tras enterarse de que en estas cuevas no hay osos. Nos encanta leer lo que nos dejan escrito porque es la mejor forma de saber las sensaciones que experimentan durante su estancia y confieso que algunos comentarios hasta me han emocionado.

Otro de los beneficios de las casas-cueva es su faceta medicinal, especialmente anti estrés… 

Así es, en el interior de la tierra no se escucha más que el silencio, se respira aire puro y se descansa de lujo. Los huéspedes nos dicen que en sólo un par de días quedándose en la cueva vuelven con las pilas cargadas y es que en su interior hay una energía especial que no se experimenta en otro sitio…

“¿Imaginas descansar en el interior de la tierra?” es el eslogan que utilizan en las redes sociales… ¿Crees que condensa lo que significa la experiencia de hospedarse en una de las casas-cueva que gestionan? 

Realmente no creo que seamos capaces de explicar con palabras (y tampoco con fotos) lo que se siente en nuestros alojamientos. Creo que hay un “aura” especial que sólo se siente en el interior de la tierra y que todos debemos experimentarlo al menos una vez en la vida. Eso sí, advierto que engancha.

¿Qué les ha dado más resultado: el boca a boca o la promoción por los diferentes canales digitales (web y redes sociales)? 

Sin duda, el boca a boca. Hacemos mucho trabajo promocional por diferentes medios, pero la mayoría de nuestros huéspedes son repetidores o vienen recomendados por algún conocido que ya se ha quedado. Y eso, sinceramente, es una gran satisfacción. Este verano tuvimos huéspedes que vinieron hasta 3 veces, todo un orgullo para nosotros porque significa que se sienten como en casa.

En la nueva normalidad, ¿han notado un aumento del cliente local? 

Sí, por suerte nunca hemos prescindido de los canarios y gracias a ellos seguimos aquí un año más. Fueron nuestros primeros huéspedes y son los que siguen apostando por este tipo de turismo en este año tan inusual que nos ha tocado vivir. Vienen huyendo de las aglomeraciones y buscando tranquilidad y seguridad, y aquí, de eso tenemos mucho, por suerte.

¿Cómo está afrontando Artenatur este período? 

No podemos negar que en el inicio de la pandemia y durante el confinamiento fueron meses muy duros, pues para nosotros era como repetir la historia del año pasado tras los incendios: las casas cerradas, los huéspedes no podían venir y la incertidumbre era enorme. Por suerte, en cuanto comenzó la desescalada y pudimos reabrir en mayo, la ocupación superó los niveles de años anteriores y tuvimos mucho trabajo. ¡Estamos muy agradecidos! Ahora, ya cuando los colegios han comenzado y se acaban los meses de vacaciones se vuelve a notar que la mayor ocupación se concentra en fines de semana y afrontamos los meses venideros con incertidumbre y respeto ante una temporada alta incierta. Normalmente los meses de invierno solíamos tener muchos huéspedes extranjeros, pero ya estamos en noviembre y seguimos con muchas dudas, aunque la situación en las islas sea estable, no lo es en los países emisores. Así que toquemos madera…

La crisis sanitaria ha puesto sobre la mesa que Canarias debe apostar por otros sistemas productivos para no depender tanto del turismo… ¿Estás de acuerdo? 

En parte sí y en parte no, me explico: Llevamos muchos años viviendo del turismo y era muy fácil creer que ese monocultivo iba a ser eterno y sencillo, sin necesidad de diversificar o de introducir mejoras en nuestros sistemas (hablo en general). Eso nos ha permitido especializarnos y ser los mejores en tratar a los visitantes, pero a la vez es fácil confiarse y acomodarse. Creo firmemente que el turismo puede seguir siendo el motor económico de nuestras islas, no sólo el exterior sino también entre islas y dentro de la propia isla, pero hay que apostar por un tipo de turismo diferente, no todo vale y no hay planeta B. Confío en el “efecto arrastre” del turismo y sé que, si apostamos más por producto local, empresas cercanas y personas de nuestra tierra, todos los sectores se pueden ver favorecidos. Apostar por un turismo sostenible y respetuoso es vital para la recuperación.

¿Consideras que cuando se hace referencia al turismo de Canarias en general se olvidan del rural? 

Por lo general sí, aunque es cierto que cada vez menos. Considero que poco a poco vamos mostrando más el interior de la isla al visitante, pero aún nos queda mucho trabajo por hacer. Tenemos muchísimos rincones únicos que ni nosotros mismos conocemos y la mayoría de los turistas que llegan se quedan impresionados cuando recorren el centro de Gran Canaria y es, tras esa visita fugaz, cuando deciden volver a descubrirlo y recorrerlo con calma. Si se dedicaran recursos a promocionar y apoyar el turismo rural como se ha hecho con el turismo convencional, a las zonas rurales nos iría mucho mejor.

¿Qué le pides a 2021? 

Por supuesto salud. Pero me gustaría ir más allá: sería estupendo que las personas que hemos elegido para que gobiernen, a todos los niveles, trabajen como si de su propia empresa se tratara, teniendo sentido común y diligencia.

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