«Mi suerte, al trabajar en una biblioteca de un municipio tan pequeño, es que nos conocemos todos y el trato puede ser más cercano»

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Biblioteca de Artenara. Pilar María Quintana Pérez

Soy Pilar, una joven de 25 años nacida en el municipio grancanario de Artenara, uno de los pueblos de España con menos de 1.500 habitantes. Criada en un entorno rural, creciendo entre la naturaleza y el pastoreo, pilar fundamental de mis principios y valores como persona.

Durante la adolescencia, me trasladé a varios municipios de la isla para poder continuar con mi formación. Estudié bachillerato, pero ninguna carrera me atraía; siempre me llamó la atención el mundo de la estética y la belleza, así que me decanté por estudiar los CFGM de Estética y Belleza, y Actividades Comerciales. Al finalizar mis estudios, trabajé en varios salones de belleza y en Zara, una de las tiendas más conocidas de la cadena de Inditex.

Con el tiempo, el amor y el arraigo por mi tierra hizo que regresara. Artenara es el pueblo de mi vida y para mí no hay otro igual. Me transmite paz, felicidad y armonía; una mezcla de sentimientos que es imposible encontrar fuera.

Desde hace algo menos de un año, soy auxiliar de la Biblioteca Municipal de Artenara, dedicando la mayor parte de mi jornada laboral a reacondicionarla, a catalogar y a introducir el número identificador de cada libro (ISBN) en el programa informático de la Red de Bibliotecas de Canarias. Con ello, se consigue tener controlados todos los ejemplares, además de facilitar a los usuarios la información de los libros de los que disponemos.

Quien conoce el trabajo de una biblioteca, es sabedor de lo monótono y tedioso que puede llegar a ser el catalogar y etiquetar cientos de libros, pero una vez y te pones a ello, te sumerges en la magia de la biblioteca y descubres las historias que esconden algunos de nuestros libros. ¡Realmente es maravilloso!

He intentado aportar mis conocimientos para poder acercar un poco más la lectura a todo el pueblo, llevándolo a cada rincón del mismo a través de una plataforma tan importante hoy día, como son las redes sociales. 

En estos tiempos que corren, hemos tenido que esforzarnos y, en mitad del confinamiento, aprovechamos el día del libro para lanzar una campaña, en la cual la población podía adquirir sus libros desde casa. Nosotros gustosamente nos trasladamos al domicilio de cada uno de los lectores regalándoles, además, una taza, un cuaderno y un marcapáginas personalizado con motivo de ese día. Logramos dar visibilidad al municipio más allá de donde esperábamos, pues algunos medios de prensa se hicieron eco de nuestro trabajo en tiempos de confinamiento.

Mi suerte, al trabajar en una biblioteca de un municipio tan pequeño, es que nos conocemos todos y el trato puede ser más cercano y personalizado. Además de darle un enfoque algo más moderno, lanzando vídeos y concursos a través de las redes sociales, hemos querido llegar también a la casa de nuestros mayores a través de una revista que ya va a alcanzar su 4ª edición. Intentamos inculcar la lectura a todos los vecinos del municipio, pero también la escritura, ya que lo que hoy queda reflejado en un libro o en una revista perdurará a lo largo de los años, y no hay nada más bonito que poder seguir leyendo y recordando a todas aquellas personas que ya hoy no están. 

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