Mas nosotras

0
27

Por Aránzazu G. Butler.

 Mantengo un nudo en mi estómago que cada vez se hace más y más grande. Un nudo en el que cada historia, como si de cuerdas se tratará, se entrelazan con otras y en donde difícilmente se ven salidas claras.
¿Quién soy? Me pregunto cada vez que me veo a través  de cada uno de sus ojos.


Ellas, nosotras. Nosotras y ellas. Desesperación y ahogo. Sólo buscamos ser vistas, pero no así, no como víctimas.
Ninguna quisimos eso al nacer y es como si esa etiqueta nos hiciera validar por lo que nos vemos obligadas a pasar, calmando así el ego que se alimenta detrás de un asistencialismo que sólo nos mantiene en el mismo lugar una y otra vez, sin retroceder y también sin avanzar. Sólo ahí, sin más.

Nos contabilizan muertas y no vivas, tal y como nos quieren ver. Nos mencionan tras ser apagadas y no cuando estamos en busca de la luz de nuestro propio yo. Pareciera no interesar.

Nos señalan. A ellas y a nosotras. A nosotras y a ellas. No a ellos. Nunca a ellos ¿Una vida truncada injustamente? No, por favor. Eso jamás. Como si dormir entre cuatro paredes dos noches seguidas igualara las grandes murallas desde las que – nos han dicho – debemos ser salvadas a lo largo de toda nuestra vida.

Él se acerca. Suena una alarma que me mantiene alerta. Me recuerda en que posición me encuentro. Soy víctima. Espero no olvidarme.

El corazón se acelera. Recibo una llamada. Quieren protegerme de quien decide – y a quien
permiten – sobre mi rumbo. Soy víctima. Espero no olvidarme.

Una patrulla me espera en cada puerta. Mi casa, mi trabajo. Quieren protegerme de quien
decide – y a quien permiten – sobre mi rumbo. Me avergüenza, pero quieren protegerme. Soy víctima. Espero no olvidarme.

Me enfoco en mi salud mental. Tengo un problema y es necesario tratarlo, así me creerán
¿verdad?  Soy víctima. Espero no olvidarme.

Quiero escapar. Ya no sé si de él, de mí, de una sociedad que acaricia mi mano para calmar
su pena – ¿soy penosa? – y me la suelta para no morir conmigo, porque…¿Cómo vivir sin
tener dónde?

Sólo quiero un hogar para ser hogar de quienes, además, intento proteger de un invisible yo que se resiste del todo a desaparecer.

Mírame, pequeña mía… Lucho porque me veas para que te sepas vista; para que no sean mis huellas las que guíen tu paso; para que sean tus propias huellas las que te liberen de esta cadena que se repite. Me acompañan. 

Ellas y nosotras. Nosotras y ellas. Siento el calor, la acogida. Sólo soy, existo. Me emociono. Me desbordo. Me limpio.  Ahora quiero caminar sin mirar atrás. Quiero vivir sin resistir. Quiero ser sin socorrer. No me salves, no lo necesito. Yo tampoco lo haré.

Soy humana. Soy mujer. No lo olvido.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí