Por Mensy Ortega Rodríguez (Gran Canaria)
Soy Mensy y tengo 56 años. Tuve la suerte de crecer en una familia canaria, donde recibí por parte de mis padres mucho cariño y afecto, y también los pilares fundamentales para ser, o al menos intentar ser, una buena persona. Soy, además, la mayor de dos hermanos y madre de una hija de 18, de la que me siento muy orgullosa.
Con solo 15 años, me di cuenta de que mi futuro no estaba encaminado hacía ningún tipo de carrera universitaria, para disgusto de mis padres.
Por eso, y como me atraía la belleza, me matriculé en el Centro de Estudios Barcelona. Finalizado el curso, tuve la oportunidad de realizar mis prácticas en el mejor centro de estética, que, por aquel entonces, existía en Gran Canaria: el Centro Marisa González de Las Palmas de Gran Canaria.
Aún recuerdo mi primer día viendo aquellas estanterías llenas de productos, cremas, mascarillas, peeling… En esos años, los productos de cosmética empezaban a abrirse camino en el sector. El aroma me invadió y me dije a mi misma: ¡Mensy, has descubierto tu verdadera vocación!
Dos años más tarde, quién me iba a decir que, a pesar de mi juventud, era la encargada de ese centro y, año y medio después, de tres.
Y es que, con veinte años, se me ofreció la oportunidad, en la Cadena Suxerte, de dirigir tres centros, lo que representó un gran trampolín profesional.
Con veintiuno, y seis y medio de andadura profesional, me sentí preparada para iniciar mi propio negocio, gracias a la ayuda, no solo económica, de mis padres, que eran empresarios de éxito, con la que pude abrir mi propio establecimiento: Instituto de Belleza Mensy.
Conseguido mi sueño y ser capaz de caminar sola, he podido asistir a congresos nacionales e internacionales, cursos de formación, talleres, seminarios y estar actualizada siempre con las últimas novedades del sector. Además, me permitió conocer diferentes países: EEUU, Sudáfrica o México, así como enamorarme de ciudades como París, Barcelona y Madrid.
He contado y cuento con la colaboración de diferentes y prestigiosos especialistas, dermatólogos y cirujanos plásticos, con los que afortunadamente, sigo colaborando a día de hoy.
Por otro lado, descubrí mi faceta pedagógica participando de forma altruista y así poder transmitir mis conocimientos a futuros profesionales, colaborando con diferentes IES de Ciclos Medios y Superiores, como La Minilla y Cruz de Piedra.
También he tenido la oportunidad, a través de CHARTER 100 G.C., de realizar un taller ocupacional: “KIERETE”, en el Centro Penitenciario de Juan Grande, dirigido a mujeres en reinserción. Este proyecto fue muy gratificante, puesto que la respuesta de las participantes fue muy positiva para ambas partes.
Me siento, por ello, muy orgullosa de pertenecer a CHARTER 100 GC., que es una asociación de mujeres profesionales y empresarias, con el objetivo, como lobby femenino, de ayudar a potenciar a la mujer en todos los ámbitos de nuestra sociedad. No obstante, supone también un reconocimiento a mi labor como empresaria que ha crecido con el paso de los años, devolviéndole a la sociedad, a través de esta asociación, lo mucho que he recibido de la vida. Estoy muy agradecida por ello, así como contenta por colaborar, compartir y aprender con las grandes mujeres que la conforman.
Y es que, después de todo, han pasado cuarenta años de profesión como empresaria y emprendedora, atendiendo a clientas y pacientes, creando en ocasiones vínculos muy cercanos e intentando personalizar para cada una de ellas tratamientos adecuados, que puedan solucionar cada uno de sus problemas o demandas.
Por último, quiero agradecer a la directora de la revista ‘Más Nosotras’, Gema Díaz, la oportunidad de plasmar mi trayectoria profesional desde los inicios hasta la actualidad.