“Es el momento de tejer redes de colaboración entre nosotras”

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Por Esther Pérez Verdú (Las Palmas de Gran Canaria)

Tengo muy mala memoria, pero recuerdo el momento exacto en el que decidí que quería ser informática. No sé la fecha exacta, pero guardo la imagen de mi hermano Juan Esteban enseñándome cómo funcionaba su calculadora científica en el sofá de casa de mis padres, mientras yo lo miraba embelesada. 

Me llamo Esther Pérez Verdú y soy la más pequeña de cinco hermanos. Ahora, con medio siglo a mis espaldas, tengo muy claro que este hecho ha conformado buena parte de lo que soy hoy en día. El empeño que pusieron en educarme y el que tenían mis padres en que yo fuese independiente, sin duda han forjado este carácter que hace que busque retos en cada esquina.

Mientras estudiaba Informática en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, decidí empezar a trabajar, no porque hiciese falta, sino porque ya quería probar otras cosas. Estuve tres años entre prácticas y trabajo, hasta que en 1996 me junté con unos cuantos intrépidos más y montamos NemeSys, mi primera empresa.

Aunque en un principio la idea era programar CD-ROM interactivos, por el camino nos encontramos con el boom de Internet y llegamos a ser la primera empresa que hizo páginas web en Canarias. Fueron muchos años de batallar en un sector nuevo, convenciendo a los clientes de que ese era el futuro, y casi sin cobrar.

En ese momento fue cuando empecé a darme cuenta de que ser mujer empresaria en el ámbito de la tecnología, no era precisamente un camino de rosas. Ya en la carrera éramos pocas mujeres, pero quizá por la ligereza de la vida en esa edad, no era un dato que me llamase la atención. Pero cuando se trata de sacar tu empresa adelante y tu género hace que un cliente no te tome en serio y se vaya con la competencia, la cosa ya cambia.

La empresa estuvo funcionando diez años. En 2006 tomé un cambio de rumbo y empecé a trabajar con Canarias7. Por esa época, el periódico se planteaba el paso a la Web 2.0 y tuve la inmensa suerte de poder participar en el proceso. Fueron años de investigar, de proponer, de innovar… Creo que marcamos un antes y un después en la comunicación digital en las islas. La pasión por el trabajo y las ganas constantes de aprender marcan esta época como una de las más bonitas de mi carrera profesional.

Pero la cabra siempre tira al monte y, después de 12 años, sentí de nuevo el gusanillo del emprendimiento. En 2017 retomé mi proyecto de empresa y volví a la carga con NemeSys 2.0, marca bajo la que desempeño mi labor profesional actualmente y en la que intento poner en práctica todas aquellas ideas que se me ocurren. 

No hay nada mejor que trabajar para ti misma, ser tu propia jefa. Trabajas mucho y no todos los meses son buenos, pero la libertad que experimentas no tiene precio. En mi caso fue toda una revelación el llegar a la conclusión de que no necesitaba tanto para vivir y de que muchas de las cosas que me fastidiaban en el día a día, me las había autoimpuesto yo sin necesidad.

En esta nueva etapa, he redescubierto la pasión por mi profesión, por la tecnología y por su aplicación para conseguir una sociedad mejor. Vuelvo a trabajar en comunicación digital, acercando el mundo digital a las empresas y a las personas, organizando eventos de innovación y formando a nuevos profesionales en este sector.

Pero lo que sin duda ha hecho que esta etapa sea mejor de lo que me podía haber imaginado, es el poder trabajar con otras mujeres y tejer redes. Conocer a nuevas profesionales, trabajar con ellas, aprender de todas, crear proyectos, debatir, pensar juntas… son, sin duda, actividades muy gratificantes y enriquecedoras. 

Porque, indudablemente, juntas somos más fuertes. Es el momento de generar y fortalecer las sinergias entre nosotras. De arroparnos y de apoparnos hasta alcanzar esa igualdad laboral y profesional tan justa y necesaria. De esta forma, el mundo solo puede ir a mejor.

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