Una mujer feliz con una mirada Amable

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Acidalia Nuez

Fui una niña que creció con mucho dolor físico que llevaba aparatos en las piernas y me ocasionaban limitaciones físicas y que pese a ello no me hacían sentir diferente. Mi familia me trató como una más en casa, cuando salía de mi entorno seguro y los extraños me observaban fijamente yo pensaba, que raros son ¿porque me mirarán así si soy igual que ellos y lo único diferente son los aparatos que llevo? Ese hecho forjó mi fuerza de carácter y estabilidad emocional. Hasta los 14 años que me pudo mas la coquetería y me quité los aparatos 2 años antes de lo previsto. Mis padres me dejaron tomar la decisión y ser consecuente con ella, de momento tal hecho no ha dejado secuelas.

De jovencita quise estudiar imagen y sonido, pero no se me permitió en aquella época solo existía televisión española y ¿Cómo me ganaría la vida sin tener padrino que me ayudara a entrar en RTVE? con lo cual que estudie lo mismo que mis hermanas Administrativo e hice lo que se esperaba. Me casé con 20 años enamorada hasta las trancas. Demasiado inocente y joven. Al ir creciendo como persona mis anhelos me alejaban del señor que tenía a mi lado y con 28 años me separé. En ese momento ya trabajaba en una Agencia de Aduanas, un mundo de hombres, trasporte, mercancías, muelle y estamentos oficiales. Las mujeres que formaban parte eran

familia de los Agentes o dueños, no fue mi caso llegué por méritos propios, en Agente de Aduanas me conocía laboralmente y apostó por mí. Con los años quise tener formación especifica y titulé como Transitaria que es una capacitación inferior al Agente de Aduanas pero con competencias Nacionales y Europeas. 

Conseguí ser una mujer con Cargo en un mundo de hombres, pero ello fue a fuerza de demostrar el doble que otros compañeros y renunciando a tener una carácter amable al contrario, me recuerdo a mí misma como una mujer implacable.

Eso me fue agotando y en una empresa que no me valoró busqué el despido y digo busqué, porque dejé de hacer todo lo que se me reclamaba y no se me remuneraba en post de que seguro un hombre estaría dispuesto a hacerlo por el mismo sueldo. Deje que pusieran a ese hombre y cuando llegó el despido me sentí libre.

Casi nadie entendía que fuera feliz con el despido, pero con 38 años era libre para hacer lo que me gustaba. Tenía tiempo dos años de paro y recurso la liquidación para formarme como fotógrafa Profesional. Mi pareja de ese momento me había regalado una cámara fotográfica unos meses antes y me aferré a la fotografía para escapar de donde no era feliz.

No fue fácil y hasta me costó mi relación ya que no entendían que ahora trabajara los fines de semana, que mis recursos y viajes fueran para formarme. Me pidieron que eligiera entre mi vida anterior y la que yo estaba creando. Por supuesto decidí no renunciar a mi sueño.

Han pasado 10 años desde aquellos inicios, con mucha formación inversión en equipo cambios dentro de la fotografía ya que comencé con las Bodas, seguí con un Estudio donde hacía Maternidad, Newborn, infantil y campañas. Parecía que mi negocio y firma estaba consolidada en el mercado hasta que llegó el covid y fui una de las perjudicadas por el nicho de mercado al que me dedicaba.

En 2022 cerré el Estudio otro nuevo comienzo. Pero con el recorrido anterior lo hice sin dramas innecesarios y el alivio de no luchar por mantener lo que no está bien.

Ahora mismo he regresado al estilo Lifestyle con las familias, en exterior y domicilio. Aparte realizo trabajos corporativos y Boudoir en un Estudio Coworking en el que me siento como en casa.

En todo este recorrido tengo la suerte de haber contado con mi familia y amigos que me han apoyado en todo momento y por ello me considero una privilegiada.

Después de 10 años hago lo que me gusta, vivo de ello y más de la mitad de mis clientes son amigos, personas maravillosas que llegan por un rato y se quedan por cariño mutuo.

Por ello me considero una mujer Feliz, con una mirada amable hacia mis clientes, la vida y los cambios.

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