Por Albertine Orleans
Para comenzar, les cuento que hace algunos años, conocí a Gema Díaz. Desde el primer momento, quedé cautivada por su personalidad jovial y genuina. Es más, desde entonces, no la he perdido la pista, precisamente por ese respeto que profeso hacia las mujeres como ella: incansables, de ideas claras, creadoras de su propio destino. Pasado el tiempo, un día de esos en los que las circunstancias te vapulean hasta el punto de desear borrarlo del mapa, recibí por sorpresa un WhatsApp de Gema invitándome a participar en la plataforma digital masnosotras.com. Razón por la cual, me encuentro ahora escribiendo, ansiosa por mostrarles algunos retazos de la vida de una mujer que ama las palabras. Por cierto, gracias Gema por esta bella oportunidad. Y gracias, también, a todas las mujeres que participan en este proyecto, es para mí un honor estar a vuestro lado y poder formar parte de él.
SOBRE ALBERTINE DE ORLEANS
En realidad, me sobran recuerdos que compartir, lo que no podré desvelarlos todos aquí por falta de espacio y tiempo. Sin embargo, existe un día que quisiera destacar y al cual regresaré de nuevo varias líneas más adelante, el día que cumplí 52 años. Sinceramente, fue un momento crucial para mí, porque decidí cambiar y darle un rumbo diferente a mi vida. Así que, determinada a ello, saqué de un baúl: carpetas, cuartillas, agendas y servilletas escritas desde la adolescencia. Allí se encontraban reunidos mis sueños, sentimientos, vivencias, triunfos y fracasos personales, llamando impacientes a la puerta de los comienzos, deseosos de renacer al mundo. Exactamente así comenzó esta andadura que les relataré, por timidez, en tercera persona, porque nada está perdido. Así que con suma humildad y a corazón abierto, me desvelo ante ustedes a través de estas líneas.
Por esta razón, si son tan amables, acompáñenme en este viaje de palabras que se inicia ahora y en el que, en tonos vívidos, les pintaré partes de la vida de Albertine, a golpe de pinceladas biográficas. Empecemos, por ejemplo, por su nombre… Cuando era pequeña y le preguntaba a su madre el por qué de su nombre que resultaba tan raro a sus compañeras de colegio… Su madre le explicaba que se debía principalmente a dos razones. En primer lugar, a su padre que se llamaba Alberto, y en segundo, por la admiración que sentía hacia Marcel Proust y su obra À la recherche du temps perdu ( En busca del tiempo perdido); en la que Albertine desaparecida (Albertine disparue), era el sexto y penúltimo volumen de la novela. En lo que respecta al tiempo perdido, como no lo entendía le daba igual, no así lo del padre al que añoraba sin haberlo conocido, pues falleció en un accidente cuando su madre estaba embarazada de siete meses. Del disgusto, se le adelantó el parto que se complicó hasta tal punto que madre e hija estuvieron a punto de morir. Dicho esto, seguimos con nuestra sietemesina y un nuevo comienzo.
Albertine de padre francés y madre canaria, ha sentido desde pequeña amor e ilusión por la poesía. Ilusión que comienza a sus 5 años, cuando su abuela, Julia Perdomo y Benítez, poetisa y pintora de vocación, le recitaba de memoria sus poemas, mezclados con cuentos de su invención, para dormir a su nieta que, citando textualmente sus palabras, era un torbellino imparable con jiribilla en el culo. De aquellas noches de su infancia —escuchando la voz de su abuela en la penumbra—, entre las campanadas de la Catedral de Las Palmas de Gran Canaria, plagadas de mares barrocos, de un Teide parlanchín, de dragos que caminaban, de príncipes y princesas que flotaban alrededor de su cama convertida en una isla mágica. Imaginando el Roque Nublo que tocaba el techo del cielo y el Roque Bentayga, donde vivían las almas de sus antepasados —los aborígenes de los que descendía por la rama materna—, protagonistas también de las aventuras de estos cuentos. Como, por ejemplo, el gran Doramas, alias “El trasquilado”. Y Tenesor Semidán, Ache Semidán, bautizado después como Fernando Guanarteme. De todo ese potaje literario y existencial que la hacía sentir el orgullo de su estirpe, y que le abría de par en par las puertas de la imaginación y de los sueños, fue surgiendo su inquietud y pasión por las palabras.
Pasión que se vio reforzada aún más durante la adolescencia, al descubrir los relatos y poemas de su madre fallecida, Julia García y Perdomo, lo que ocasiona un fuerte impacto en Albertine que, a través de los escritos maternos se encuentra ante los sentimientos y las vivencias de una mujer sensible, creativa y fascinante, que desconocía, con una personalidad adelantada a su tiempo, y que le dio la oportunidad de navegar por un mundo interior lleno de matices que forman desde entonces una parte fundamental de su vida y su carácter.
No solo sus “dos Julias”, como ella las nombra cariñosamente, han formado parte de su herencia cultural, pues Albertine, cuenta entre sus ascendentes con personas que han dejado su huella en el Arte Canario, como Néstor Martín-Fernández de la Torre, pintor simbolista y modernista. Pedro Perdomo Acedo, poeta, Juan del Río Ayala, que escribió Tirma en 1947 o Néstor Álamo, compositor, periodista y escritor, que aún sigue siendo uno de los grandes exponentes de la música y cultura popular canaria con su Sombra del Nublo o La Perejila.
Volviendo a su potaje literario-existencial, existe un tercer hecho, el más trascendente, el nacimiento de su hija Mar. Por aquel entonces, Albertine contaba veintidós añitos. Considero, con el permiso de todos ustedes que la mejor y única forma de expresar su maternidad, es a través de la siguiente prosa poética:
Al Sur caen las nubes grises y recuerdo… Mi pequeña, mi gota de rocío, cascada de luces esperanzadas, pueblo en el que existo y soy. Un día cualquiera de este mundo se me abrieron las entrañas de milagro y sangre. Recuerdo, como si el hoy fuera el ayer, que mi cuerpo, recibió desde dentro un rayo de fuerza y desapareció el dolor. A través de mi sexo se abrió la VIDA, mis labios se estiraron, mi vientre se endureció, y aquella energía obstinada e invicta me envolvió en su relámpago por completo, y tú, fuiste saliendo al aire de la tarde que crecía, llegando al mundo en un acto sublime e irrepetible, en una contracción milagrosa en la que se concentraron metales, océanos, meteoros, plumas, estrellas fugaces, piedras preciosas, música, ríos, galaxias, valles y lagos y flores y llanto y risa y todo el Universo y… Surgió de aquella placenta oscura tu cuerpecito manchado de marrones y rojos, el cordón umbilical grueso y violáceo, tu primer llanto inquietante, bello y audaz. Quise abrazarte, amamantarte con mis pechos turgentes e impacientes, rebosando calostros de madre primeriza y amor…. Entonces me sobrevino toda la paz de este planeta, todo el descanso, toda la ternura… No me importaba nada, comprendí el significado de DAR A LUZ. ¡Era cierto! Sí, ¡las mujeres parimos la luz! Y en ese instante, único e irrepetible en el que por fin te tuve entre mis brazos, supe que eras mi niña, mi gota de rocío celeste, mi pasado, mi presente, mi futuro, la VIDA…Y te amé, te amé para siempre.
Y así, como precipitada tras aquel nacimiento, la existencia siguió su curso, con el trabajo, los amores, la muerte anunciada de su abuela…, hasta llegar a la cincuentena, a aquel baúl del que les hablaba antes, del que salieron impacientes muchos de los relatos y poemas que conforman ahora la obra literaria de Albertine de Orleans, aún en su mayoría inédita. Consta de más de una tresntena de poemarios de los cuales se han editado veinte hasta la actualidad. Entre ellos, Muerte Vida, Poema Interminable, (biográfico). Dracoymar, (ecologista). La flor herida, (antología sobre el cáncer de mama). Vengo de las sombras, Covid-19 y La isla y su Amantesa (de corte lésbico dedicado a Gran Canaria). Editados por Beginbook Ediciones dentro del marco de la COLECCIÓN LITERARIA ADOC, junto a Ficción para dormir, (libro que mezcla relatos eróticos con otros temas). Doña Cernícalo y El viaje de Verdi, cuentos infantiles pertenecientes a la COLECCIÓN CHINIJA ADOC. Además, tiene en su haber un libro de relatos cortos, titulado En cien palabras, editado por ACTE. Ha participado en antologías tales como Senda poética transoceánica, Perdone que no me calle, Mujeres88, Antología Canario-Argentina, y Territorios íntimos, entre otras. Ha prologado más de veinte libros, destacamos: Hombres 88 y En gerundio, que es efímero. Y como mecenas, ha colaborado en varias ediciones como: Tomos I y II de El abrazo del nogal de Daimuz, Burbuja Vital, + de 30 recetas solidarias, El niño que quería ser poeta o Brandán.
Su faceta artística no se detiene en la literatura, se define como una P.M.D., (Presentadora, Maestra de ceremonias y Dinamizadora), organiza eventos culturales y festivales de arte encaminados a promocionar el arte en Canarias, ha colaborado y colabora con revistas como ESTA TIERRA, TAMASMA CULTURAL o CO.INCIDIR. Con TAK TV en los programas NO SOMOS MAYORES y TIEMPO PRESENTE. En radio, con Asunción Benítez, Esteban Rodríguez García en su programa SANSOFI de RADIO MOYA y RADIO VERSOS LIBRES. Así como con artistas canarios, haciendo las presentaciones de sus exposiciones, libros, etc. Con la plataforma LOS COINCIDENTES o EL MUNDO DE LAS PALABRAS, la asociación cultural EL REAL DE LAS TRES PALMAS de la que es presidenta, LA ORDEN DEL CACHORRO CANARIO, ACTE de la que es delegada en Gran Canaria, CHARTER 100 GRAN CANARIA, CUEVA DE UNICORNIOS o ARANDO LETRAS DE MÉXICO. Ha fundado la asociación promotora, mecenas-cultural y medioambiental sin ánimo de lucro ADOC, de la que es presidenta, encaminada a ayudar a los colectivos sociales más desfavorecidos a través de su vinculación con el arte; siendo directora de las tres colecciones literarias de ADOC, cuyo lema dice: El momento de hacer lo correcto, de ser agradables y felices, ha llegado, así que, hagamos que suceda. ¡AHORA!
Cuando aparecieron las redes sociales comenzó a desarrollar una labor cultural. Empezando a través de su muro personal y la página de Facebook ALBERTINE DE ORLEANS CREATIVA y continuando con Twitter e Instagram. Combinando su actividad profesional como autónoma con el mundo de la cultura, llegando hasta este presente, concentrada en su empresa dedicada a la rama inmobiliaria, a la corrección de textos literarios y a la Agricultura ecológica con huerto de hortalizas, y árboles frutales. Está reforestando en la Cumbre de Gran Canaria, por su compromiso personal sobre el cambio climático; ha creado un pequeño bosque de laurisilva y tiene plantados pinos, viñátigos, barbusanos, sabinas, madroños y cedros, entre otras especies autóctonas. Además, dedica parte de su tiempo a recuperar las gallinas del país.
En la actualidad, está escribiendo simultáneamente tres libros de relatos, y dos poemarios, teniendo como proyectos para el año 2023, publicar los poemarios: 57 veces esclava de los instantes y Tú, dentro de mi sexo de hembrasirena. Los cuentos Dracolandia y Peter y las flechas mágicas, para niños con cáncer. Como mecenazgo, ADOC publicará, entre otras obras, una biografía de la pintora Vivi Milano, Travesías convergentes y la antología Impresiones (poesía, narrativa y pintura). De este modo, continúa imparable, porque solo existen dos días al año en los que no se puede hacer nada. Uno se llama Ayer, y el otro, mañana. Por lo tanto, Hoy es el día ideal para amar, crecer, y principalmente VIVIR. (Tenzin Gyatso, Dalai Lama XIV).
Para concluir transcribo lo que Albertine de Orleans afirma de sí misma:
Mi alma, rescatada de la no existencia, se materializa gracias al amor de un padre francés y de una madre canaria. Mi ilusión por la poesía comienza a los 5 años, motivada por el ejemplo de mi abuela, y se ve reforzada en la adolescencia, tras descubrir los relatos y poemas de mi madre. Mi esencia como persona y mujer se resume en dos frases. Mi máxima: la muerte es el motor que impulsa mi vida. Mi sentimiento per se: estoy aquí, a corazón abierto sin límites, sin armas ni escudos. Por último, las palabras que definen mi percepción de la realidad pertenecen a un poema de mi abuela que dice así: …, liberada en la existencia…, contemplo la VIDA como contemplo mi mar, mar de liras alzadas, tenebroso y sublime, mar del principio y del fin, mar de mi tierra ¡GRAN CANARIA!