El restaurante ‘Girasol Casa Margucha’ ha sido siempre su casa, ya que Juana Toledo era una de las cuatro hijas de los primeros dueños. Por ello, no es de extrañar que recuerde a su padre “en la barra” y a su madre “siempre metida en la cocina”: “Fue una mujer muy trabajadora, como la mayoría de las de La Graciosa”, puntualiza.
De su infancia, tiene presentes los alrededores del negocio familiar, la playa, la escuela y que “cuando venía un extranjero, era toda una novedad”.
Sus padres, rememora, le inculcaron “el trabajo y el esfuerzo”, así como también “el saber defendernos sin depender de nadie”.
Por este motivo, se siente orgullosa de “tomar las riendas del restaurante, porque, aunque es sacrificado, me gusta” y también por el homenaje que le hace a su familia, al esfuerzo que dedicaron para sacar adelante el sustento familiar.
No obstante, el nombre comercial se ha modificado, incorporando el de su madre, Margucha, porque “fue la puntal luchadora de este negocio”: “Vivió sus últimos años con la satisfacción de que el restaurante llevara su nombre, regocijándose en ver que seguía funcionando y que todo su esfuerzo había merecido la pena”. Sin embargo, se ha resistido a perder el original, Girasol, porque era del agrado de su padre, que llamó igual a la pensión y “a un barquito de madera” que tenía.
Con respecto a sus objetivos empresariales, afirma que lo que más le preocupa es que “la gente se vaya satisfecha”, aunque eso lo da por sentado, a tenor del carácter local: “La Graciosa y su gente siempre han sido muy receptivos, muy amables con el forastero, y eso, precisamente, es lo que me gustaría que se llevaran siempre, el que los tratamos bien, que les recibimos como se merecen”.
Sobre la promoción del establecimiento, tiene claro que, “gracias al alcance de las redes sociales, la gente ya viene con una idea y predispuesta a lo que tenemos”. Por consiguiente, muestra una actitud receptiva a las Nuevas Tecnologías, aunque por ahora la ayuda su hija, que es la que le va indicando lo que debe publicar o hacer en cada momento.
Finalmente, cree necesario que se visibilice “a las mujeres y lo que conlleva su trabajo”, por lo que anima a las emprendedoras a que “crean en sí mismas”, a que “si tienen una idea de crear, de trabajar, de llevar a cabo un proyecto, desde lo rural a algo más moderno, que lo hagan, que se sientan fuertes para hacerlo, porque siempre hay tiempo para arrepentirse”.