«TENÍA UN NIÑO AGARRADO A LA PIERNA, OTRO A LA TETA Y YO MEZCLANDO CREMAS»

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Ekaterina Kulicova, de 35 años, llegó desde Rusia a La Gomera, hace 12 años, y allí tiene una empresa cosmética ecológica certificada, Maybeez, una fábrica de productos para el cuidado de piel, cabello, cuerpo, dientes… Con materiales autóctonos de La Gomera de alta calidad y de origen ecológico.

Una historia de amor trajo a Ekaterina a La Gomera y, aunque esa historia terminó, el amor a la isla, que sintió desde el primer momento, se mantuvo e hizo que se quedara en ella para sacar adelante su negocio como forma de vida. Una idea que surgió por trabajar una finca que estaba muy apartada y en la que tenían productos agrícolas y abejas.

Un problema en mi piel desde pequeña, hizo que fabricara mi primera crema

Un problema de piel que tenía desde pequeña, hizo que, aprovechando la cera de las abejas, fabricara su primera crema, la de manos que aún sigue en su línea de cosméticos, para su propio consumo. Y es que Ekaterina no encontraba un producto adecuado para su problema y, por primera vez, una crema fabricada por ella misma, la ayudó mucho. A partir de esa crema de manos, llegó el resto de productos, a demanda de sus propias necesidades o de quien se lo pedía. Se precia de ser una persona muy curiosa y con facilidad para encontrar información, sobre todo, porque el mundo de la cosmética natural le fascina. Así que encontró fórmulas con las que, guardando las proporciones, comenzó a hacer sus mezclas. Unas mezclas que se han ido modificando, con el paso del tiempo, porque no es lo mismo hacer un número limitado de cremas, por ejemplo, que tener que elevar la producción. Aunque sí que reconoce que ha ido aprendiendo, en estos años, a conseguir las mezclas perfectas para que los productos Maybeez resistan al almacenaje, al transporte y a los cambios de temperatura. Algo para lo que asegura que no hay que tener tantos conocimientos de química sino conocer bien una excelente materia prima para cuadrar bien las proporciones.

Para mí, ser madre y empresaria ha sido una ventaja

Los comienzos fueron duros, en una casa en medio del monte, sin luz, sin agua caliente, en una cocina pequeña donde también preparaba la comida, con dos niños pequeños y teniendo que salir ella misma a vender. Fue así como Ekaterina empezó a mezclar sus cremas. Todo empezó a cambiar a partir de la apertura del primer laboratorio, cuando sus hijos crecieron y se hicieron un poco más independientes. Sin embargo, está convencida de que, para ella, fue una ventaja ser empresaria y madre porque podía disponer de su tiempo a su conveniencia, algo que no podría haber hecho trabajando para otra persona. Y es que Ekaterina afirma que le encanta trabajar y no puede vivir sin trabajar, por eso fue la mejor manera para compaginar su trabajo con su maternidad.

Los clientes que tengo desde el principio, siguen comprando mis productos online

La venta de sus productos empezó en un mercadillo de Valle Gran Rey, donde tenía su mayor clientela, alemanes en su mayoría, que, a día de hoy, siguen comprando, incluso, online.

Observaba que el producto gustaba y se vendía fácilmente, a pesar de hacerse desde un sitio tan lejano y pequeño como La Gomera, lo que complicaba un poco las cosas. El empujón que necesitaba para crecer vino en forma de una convocatoria de Fondos Europeos que le permitió obtener el capital suficiente para crear su empresa.

Mi producto genera interés al venir de un lugar lejano y exótico como La Gomera

Poco a poco, fue superando las dificultades de ser extranjera, de no existir tanta facilidad para encontrar información como ahora con el auge de Internet y las redes sociales, y de tener que ampliar su producción porque la empresa iba creciendo. Sin embargo, Ekaterina está convencida de que el hecho de tener la fábrica de cosmética natural y ecológica en La Gomera le da una ventaja sobre el resto de marcas que surgieron después, y es que su producto despierta interés por venir de un lugar tan lejano y exótico, en el que pueden conseguirse extractos de plantas autóctonas y únicas, al lado de un parque Nacional.

Los cambios en las plataformas de envío pueden favorecer a Maybeez

Respecto a hacer crecer Maybeez, Ekaterina reconoce que le gusta la idea y que no le teme a las posibles dificultades que se pueda encontrar. Sobre todo, porque encuentra que ahora mismo, es mucho más fácil enviar y recibir productos gracias a los cambios que se están produciendo en las plataformas de envío, que favorecen a las pequeñas empresas que están lejos, algo que a ella, en particular, le resulta muy interesante.

Queda mucho trabajo por hacer para que nos conozca todo el mundo en Canarias

Para Ekaterina, queda mucho trabajo por hacer pero está convencida de que queda muy poca gente que no conozca sus productos. Pero aún hay que darse a conocer en Canarias, saliendo en todas las plataformas posibles porque su objetivo es ser conocidos por todas aquellas personas que aún no consumen productos cosméticos ecológicos.

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