LAS MUJERES DE MI VIDA Por alumnas del IES Jinamar

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Alumnas del IES Jinámar de Gran Canaria comparten sus inspiradores relatos en la revista MásNosotras, con motivo del Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo. Sus historias reflejan la fuerza, la diversidad y la lucha por la igualdad, en las nuevas generaciones de mujeres.»

YAMILA

La mujer de mi vida, también conocido como historias de mujeres cercanas a mí, pero ¿y yo?

Soy mujer y la mujer de mi vida soy yo. A día de hoy,  no solo he tenido muchas vivencias diferentes, y muchas experiencias que para nada son iguales.

Tengo muchos y muchas cosas en mente para hacer, pero tengo muy muy claro que NO voy a aceptar un no por respuesta. 

En mis vivencias he tenido mis mas y mis menos, pero he tiendo y siempre tendré en mi cabeza que el máximo lo elijo yo y el mínimo lo marca la sociedad. Lo marca a sociedad simplemente con los: «ya no puedes mas», o el «tu no sirves para eso».

Yo si puedo y podre con todo lo que me proponga, le guste a la gente lo que hago o no. Las críticas no definirán nunca lo que puedo hacer, solo lo que no haré jamás. 

Nunca seras suficiente para los demás pero yo si soy lo suficiente para mí, por eso yo soy la mujer de mi vida.

Lucho por mis sueños y lucharé hasta conseguirlos uno por uno. Lo he hecho por tres y lo logré, con eso, sé que soy capaz de conseguir todo lo que me proponga en la vida.

Nací en 2008 y crecí rodeada de adultos, hasta que nació mi hermano, a partir de ahí merodeaba de niños, pero sobretodo de niñas. Aína y Cathaysa, las principales minimujercitas de mi vida, llegaron y me ayudaron a comprender muchas cosas, pero sobre todo a marcarme en la cabeza el ser un buen ejemplo para ellos y que es muy fácil pasar desapercibida y muy difícil destacar y marcar la diferencia. 

Hace unos años empece a escribir y ahora escribo libros, daré charlas y talleres en centros, compito en un deporte de hombres mayormente y ¡gano!

Me acuerdo cuando entre en mi gimnasio por primera vez, recuerdo que solo había hombres en las dos disciplinas que hacía.

Al principio fue difícil, pero ahora entreno con adultos, algo que unos años atrás no me imaginaba y ahora es mi realidad.

Estoy en sectores muy difíciles, pero me enorgullece pensar que estoy aquí y llegare mas lejos, todo gracias a que nunca e hice caso al «no podrás», «no vas a llegar».

Con 16 años he conseguido mucho, y quién sabe lo que consiga con 32.

Solo digo, que esto acaba de empezar.


SARA

El 15 de Abril de 1935 nació Angela Rodríguez, mi abuela y una de las mujeres de mi vida.

Es una persona que ha pasado de todo, y que ha pasado todas esas cosas con una sonrisa en la cara siempre.

Ella creció en una familia pobre en el barrio de San Cristóbal, empezó a trabajar desde muy joven, y siempre cuenta que esa es una de las cosas que más pena le deja, el no haber podido disfrutar de su juventud, por lo que siempre nos incentiva a vivir y a disfrutar de cada instante como si fuese el último.

Con veintipocos años, casada, con una hija y un embarazo, emigró hacia Venezuela en un barco repleto de gente en busca de una vida más digna. Paso allí varios años, trabajando de lo que fuese y criando a sus dos primeras hijas, y un tiempo después volvió a Gran Canaria. Aquí tuvo cuatro hijos más, y uno de ellos nació en un barco.

A día de hoy tiene 88 años, 15 nietos, 11 bisnietos y una tataranieta, y es una de las personas con más vida que yo he visto nunca. Va todas las semanas a un centro de día para personas mayores, en el que aprende a leer, a sumar y a restar, además de hacer clases de teatro en las que se implica como nadie.

Desde hace ya unos años participa en las carrozas del carnaval de Las Palmas de Gran Canaria disfrazada de “Lolita Plumas” y repartiendo caramelos a los extranjeros.

Es una mujer realmente especial, muy extrovertida y habla con todo el mundo como si los conociese de toda una vida.

Aunque desde luego no ha tenido una vida para nada fácil, siempre agradece todo lo que ha podido tener y yo agradezco todo lo que ella nos da.

Sin dudas una MUJER en mayúsculas.


JUDITH

Hoy en día admiro a mi profesora de baile, te cuento un poco de su vida. Cuando era pequeña, su familia tenía el dinero suficiente para solo pagar las cosas de la casa. Ella tiene dos hermanos aparte de ella. 

Mi profesora se llama Beatriz, aunque nosotros le decimos Bea. Ella desde que nació siempre e ha gustado la vida de la música, baile, arte. Siempre soñaba con ser bailarina profesional. 

Un día en la casa ella y la hermana se pusieron a bailar en su habitación, ellas mismas se crearon su vestuario. Su madre las miraba y se ponía muy triste ya que no podía permitirse apuntarla a una academia de baile. Bea le decía a la madre que quería apuntarse a una academia, la madre siempre le decía que no, Bea se ponía mal , pero después entendía que no tenían el dinero para pagar las cosas de la casa y apuntarla a la academia. Ella seguía bailando en su adolescencia, iba con un grupo de amigos al parque a bailar y algunos cantaban, la gente se paraba a mirar y había gente que incluso les dejaba dinero, sus amigos al ver la situación económica de la casa, se pusieron de acuerdo y le dejaron el dinero, Bea se emocionó al ver que, a pesar de estar pasándolo mal, ella daba su energía positiva, fue a su casa muy privada a decírselo a su familia, todos estaban muy orgullosos de ella. Al ver que haciendo lo que más le gustaba hacer podía conseguir dinero, cuando los amigos no podían ir, ella iba sola y se ponía a bailar. Estuvo prácticamente toda su adolescencia bailando y estudiando. A veces se sentía mal al ver a otros amigos que sí iban a las academias.

Un día cogió todo el dinero que ahorró bailando y se lo dio a su madre, esta se emocionó ya que una niña tan pequeña y en la situación en la que estaba, le dio todo ese dinero que tenía ahorrado, varios años después Bea, cuando empezó tercero de primaria, ella estaba haciendo sus deberes, cuando tocaron la puerta de su habitación y era la madre, se acercó a ella y le dio un sobre, Bea no entendía nada porque no era ni su cumple ni su santo. Al abrirlo vio que era una invitación a una academia de baile, Bea lloraba de la felicidad, para ella su sueño se había hecho realidad. Le agradeció mucho a su madre. Fue  contárselo a todos sus amigos, ellos se alegraron muchísimo también. 

El día en el que tenía que ir a la academia estaba muy nerviosa, ya que era su primera vez, la hermana le decía que se tranquilizara que lo iba a hacer genial. 

Cuando llegó a la academia, por unos segundos estuvo en las nubes. Al empezar la clase todos se presentaron a Bea, ella les había dicho que nunca había estado en una academia, todos le dijeron que le iban a ayudar en cualquier cosa, estaba en el mejor día de su vida. 

La verdad es que le daba un poco de vergüenza a bailar delante de mucha gente, el profesor le dijo que se relajara, que todos eran una familia y que ella era también parte de ella. Al poner la música empezaron a bailar y se fue acomodando.

El profesor veía lo alucinante que se veía bailando que se veía bailando, cómo se expresaba con esos movimientos tan limpios, maravillosos, expresivos, etc. Él le aplaudió y se quedó flipando, ella avergonzaba le dio las gracias. 

El profesor contactó con la madre para que siguiera viniendo y ella orgullosa de la hija le dijo que sí.

A medida que Bea fue creciendo, siguió en esa academia formándose como bailarina. Pasaron los años y Bea estuvo sacrificándose con bastante trabajo, buscándose la vida y ahorrando dinero.

Un día llamó a su hermana y le dijo, que porqué no miraban tpdp el dinero que había ahorrado todos estos años, se pusieron a contar y tenía bastante. Entonces decidió crear su propia academia, empezó a traer a niñas en un grupito pequeño y ya al pasar el tiempo la academia fue mejorando, y bueno eso ha sido un poco la vida de mi profesora de baile. 

Yo llevo desde los cuatro años con ella en su academia y la verdad es que la admiro por todo lo que ha pasado y todo lo que ha conseguido ella sola. 

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