Cuando el Dolor se Convierte en Tinta: Escribir para Sanar, Reescribir para Vivir.

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Por Gema Díaz. Directora MASNOSOTRAS.

Queridas lectoras, compañeras, aliadas: Este año, nuestra edición más visceral late con una fuerza distinta. No solo es un grito, es un abrazo en papel. Es el eco de un coraje que nace de lo más profundo del dolor transformado. Nuestro lema, “Escribir el dolor para despertar nuestra fuerza”, es la esencia de cada una de estas páginas, un homenaje a las mujeres que convierten su historia más dolorosa en un acto de liberación.

Hablan nuestras supervivientes. Ellas, con una valentía que nos estremece, han parado el tiempo del dolor para sentarse frente a la página en blanco y redactar, palabra a palabra, cada golpe, cada humillación, cada herida. Reescriben una historia que nunca debió existir: la de ser maltratada y humillada hasta el punto de no querer vivir. Este acto de escribir no es solo terapéutico; es un acto político de reclamar la propia voz. Por ellas, y por todas, hacemos el enorme esfuerzo de que esta edición vuelva a ser tangible, que se pueda sostener en las manos, gracias al firme apoyo de empresas y autónomos que se suman a esta causa.

En esta edición especial, las voces se tejen para formar un coro imparable. Los testimonios de las mujeres que escriben para sanar se entrelazan con análisis profundos que exigen respuestas. Nos llena de orgullo y de un profundo sentido de responsabilidad contar con la voz de Teresa Mayans, Subdelegada del Gobierno en Las Palmas, quien desde su compromiso político frontal, ilumina la cruda realidad de las mujeres migrantes maltratadas, ese colectivo que sufre una doble condena: la de la violencia y la de la indefensión.

Esta edición se enriquece con voces que llegan desde distintos frentes de lucha. La voz musical de Mel Ömana convierte sus letras en himnos de empoderamiento que resuenan en el alma de las mujeres. El periodismo comprometido de Asunción Benítez en Radio Las Palmas encuentra su eco en estas páginas, compartiendo su experiencia al dar voz a mujeres maltratadas en el espacio “Testimonio Violeta”, donde también participa María José Ferrero, una mujer víctima de violencia de género cuyo valor al compartir su historia es un acto de generosidad infinita.

Y porque la protección institucional es fundamental, destacamos la importancia del Sistema VioGén, esa herramienta esencial que representa el compromiso del Estado con la seguridad de las mujeres. Su mención en estas páginas es un recordatorio de que existen mecanismos de protección y que denunciar es el primer paso para activarlos.

Este número nace con una misión clara: que su lectura no solo conmueva el alma, sino que active la conciencia y la voluntad. Que sea el faro que ilumine el camino de una mujer que hoy mismo está sufriendo en silencio. Que al verse reflejada en estas páginas, encuentre no solo identificación, sino la fuerza irrefrenable para dar el paso y denunciar. Que sienta, con cada palabra, que tiene a un ejército a su lado.

Con la convicción de que juntas lo cambiamos todo.

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